miércoles, 27 de enero de 2010

Modernismo.

En la última década del siglo XIX y la primera del siglo XX comienza a sentirse un espíritu de renovación industrial. El Modernismo trae un componente vitalista de esperanza, se cree en que lo industrial contribuye al avance en lo material y espiritual. Es un movimiento de gran ámbito geográfico. El Modernismo transmite la idea de agilidad a través de líneas curvas, motivos inspirados en la naturaleza... .Estas tendencias serán llevadas a todos los ámbitos, incluso al metro, para que la gente se familiarice con el sentimiento.
El Modernismo es un estilo internacional, una manifestación urbana y burguesa. La burguesía se abre y es cosmopolita. La moda se difunde en revistas ilustradas que proliferan por toda Europa. Se crea una necesidad de renovación y cambio. Se pretende crear un estilo nuevo, sin referencia a lo tradicional en tema ni en estilo.
La primera manifestación del Modernismo es en el mobiliario y los objetos de uso. Tiene un fuerte componente ornamental. Se inspira en flora y fauna en proceso de estilización, pudiendo llegar así a casi la abstracción.
Al hablar de decoración, ésta nunca se considera aditamento del objeto, sino que se liga íntimamente a la estructura del mismo. Se rechazan los esquemas simétricos en pro de lo ondulado, que recibe el nombre de Línea de latiguillo, que transmite vitalidad, fuerza, asimetría e irregularidad. Se intenta expresar un componente de optimismo, que corresponde al estado psicológico de la clase social. Se ha dicho que el Modernismo es nuevo, joven, floreal..., de ahí que reciba varios nombres Art Nouveau, Liberty Style... .
Adquiere gran importancia el diseño y el deseo de integración de las artes. Aparece la figura del diseñador que también es decorador. Ello convierte a los edificios modernistas en obras muy atractivas.

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