domingo, 8 de noviembre de 2009

Los martires de Tazacorte

En la ermita de San Miguel de Tazacorte se conservan las reliquias de las víctimas del más sangriento de los dramas acaecidos en nuestras costas. El 5 de junio de 1570, en el galeón Santiago, salieron de Portugal el padre fray Ignacio de Acevedo y 39 religiosos de la Compañía de Jesús con rumbo a brasil, por mandato del general de los jesuitas Francisco de Borja. El barco hizo escala en Tazacorte y los pasajeros se hospedaron en la casa de Melchor Monteverde, que se había educado en Oporto junto al padre Acevedo. El día 13 el padre Acevedo celebró en la ermita de Tazacorte y dio la comunión a los 39 compañeros y demás personas que les acompañaban. A continuación subieron a bordo para dirigirse a Santa Cruz de La Palma con el fin de descargar mercancías. Cuando estaban a la altura de la punta de Fuencaliente, muy cerca de la costa, fueron atacados por cinco embarcaciones de hugonotes pertenecientes a la flota del sanguinario pirata Jacques Sores. Cuenta Rumeu de Armas que el capitán del galeón Santiago, viendo el buen ánimo de los misioneros y su generosidad, pidió al padre Acevedo que les permitiera entregarles armas para defenderse de los atacantes, pero que éste del dijo que ellos sólo podían dedicarse a asistir a los heridos y moribundos, curándolos o ayudándolos a bien morir. Lo cierto es que Sores se apoderó del Santiago, mientras el padre Acevedo animaba a los misioneros a morir por la fe. Y así sucedió. El padre Acevedo y todos los misioneros fueron sometidos a atroces tormentos y pasados a cuchillo, para ser finalmente arrojados al mar. En la ermita de San Miguel de Tazacorte se conservan las reliquias de estos mártires. Este templo fue fundado pocos años después de la conquista y dedicado al Arcángel, en conmemoración de haber arribado a aquella playa los conquistadores un 29 de septiembre.

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